Julia Busqueta es abogada y activista por los derechos de los animales. Es integrante de las organizaciones “Sin Cadenas” y Justicia Antiespecista de Neuquén. Tiene una particularidad que la distingue: cuando habla, transmite su pasión.
El ingreso a esta lucha se dio por el amor a los animales, considerando que son seres vulnerables que necesitan que se defiendan sus derechos. Está convencida de que la justicia va a ser tal cuando no distinga por especies.
Julia visita seguido a Toti, un chimpancé de 32 años que fue trasladado en 2013 del zoológico de Córdoba a Bubalcó, en el Alto Valle de Río Negro. “Lo visitamos cada vez que podemos y vemos que su tristeza es notable”, contó y admite que cada encuentro está cubierto de pesadumbre. Según Julia, Toti sufre la imposibilidad de vivir en comunidad.
Conoció su situación hace ya un buen puñado de años y en 2020 intervino como abogada. Junto a otra letrada pidieron a la Defensoría Pública de Pobres y Ausentes de Río Negro una presentación en conjunto, algo novedoso. Se dispuso una inspección ocular y se presentaron en el zoológico junto a la jueza de Familia, Moira Revsin.
Esta semana se conoció que la Corte Suprema de Justicia dejó firme el fallo que ordena el traslado de Toti. La sentencia de amparo quedó firme y de esta forma rechazó el recurso de queja del parque Bubalcó. Consideró inadmisible el recurso.
El próximo paso será realizar pericias e informes “para determinar si Toti puede ser remitido a un centro o santuario para grandes primates, teniendo en cuenta su edad y estado psicofísico”. Además se buscará gestionar el lugar de destino en caso que el traslado sea posible, tal como estaba previsto en la sentencia de primera instancia y confirmó el Superior Tribunal de Justicia.
Toti nació en cautiverio en 1990 en un zoológico de Buenos Aires. “Toda su vida estuvo privado de su libertad, siempre en cautiverio”, se lamentó Julia.
Al margen de este caso, la abogada apunta que la jurisprudencia evolucionó de manera notable en este terreno. “Hay fallos que fueron vanguardistas, también declaraciones de nivel internacional y planteos de la ONU sobre la necesidad de que los ordenamientos jurídicos se aggiornen en la defensa de los animales”, destacó.
Julia recordó el encuentro que mantuvo con el propietario de Bubalcó, Julio Rajneri. Le preguntó si a él le hubiera gustado estar condenado a la soledad para toda la vida.
Ella no quiere que Toti muera de tristeza y soledad. Piensa, por ejemplo, en cómo afrontó las bajas temperaturas durante los fríos días de invierno.
“Por suerte, cada vez son menos los zoológicos en el país, se van transformando en otro tipo de espacios. Y cada vez hay más consciencia en la sociedad. A la gente ya no le parece educativo, ni divertido ver a un ser esclavizado”, comentó y agregó que cuando pasan tiempo con Toti se dan cuenta que no disfruta de cuando un grupo de gente se acerca a verlo como si fuera una cosa.
Repite que esta historia se trata de un ser consciente y sintiente condenado a la soledad.
En 2014, Doug Cress, coordinador del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), envió una carta a Bubalcó, pidiendo la libertad del animal. «Por favor, acepte la seguridad dada por la Asociación para la Supervivencia de los Grandes Simios de que la transferencia es lo correcto, así como el compromiso para ayudar a concretarla lo antes posible», dice.
«Los chimpancés son animales altamente sociables que requieren del contacto e interacción con otros chimpancés para permanecer saludables. (Toti) Está evidenciando muchas de las características emocionales y físicas de un animal con estrés profundo, incluyendo arrancarse su propio pelo y comportarse de manera depresiva», agregó el texto de la misiva.
“Todo el sistema jurídico vigente está creado sobre bases antropocéntricas, como si el animal humano fuera el único que tuviera valor en este planeta”, reflexionó y aseguró que no es así, “todos los que habitamos este planeta tenemos derecho a una vida digna, a igualdad de condiciones, oportunidades y a ser respetados”.
Por su parte, en julio del año pasado, Jane Goodall, una de las científicas más admiradas de este siglo, publicó una carta referida al caso de Toti. “Los chimpancés son seres extremadamente sociales. Para Toti, estar solo, sin nadie a quien acicalar o simplemente pasar el rato es una forma de tortura. Ningún chimpancé debe estar confinado, solo. Toti debe ser enviado a un Centro especializado para la rehabilitación de grandes simios donde pueda integrarse gradualmente en un grupo. Me preocupa mucho que continue permaneciendo aislado, en un entorno tan árido. Espero que, al menos, se le proporcione mucho enriquecimiento.”