Marcelina recuerda que la primera emoción que vivió en Cumpliendo Sueños fue cuando se encontró con la pretensión navideña de un niño que asistía con frecuencia a un merendero de Bariloche. En su cartita a Papá Noel había pedido solo una bolsa con caramelos. Fue hace 6 años. Cuando lo recuerda, se le quiebra la voz.
Marcelina García Labandal es una de las referentes de la organización que convoca a padrinos y madrinas de todo el país para ayudar a merenderos a través de distintas campañas. Cumplen sueños de niños y niñas.
El juego que proponen en el preludio a las Fiestas es revolucionario. Los chicos de barrios vulnerados de la ciudad escriben una carta con su pedido para Papá Noel y padrinos cumplen esos deseos. “Tenemos la suerte hoy de que muchos se proponen cumplir esos pedidos”, contó orgullosa Marcelina.
Al principio no fue fácil. Los chicos preguntaban incrédulos para qué escribían las cartas. No tenía ningún sentido. Con el paso del tiempo se dieron cuenta que para ellos los sueños también se cumplen.
Este año lograron que la campaña navideña consiga el objetivo de sumar la cantidad de padrinos y madrinas necesaria para responder a todos los pedidos que son publicados en noviembre en la página de Facebook de Cumpliendo Sueños. Son 110 de dos merenderos de Bariloche, Copa de Leche del barrio 2 de abril y Fortaleza del barrio Vivero.
En esta edición pasó algo especial que emociona a Marcelina. Al tanto de la iniciativa, chicos de una escuela rural de Las Martinetas -en el partido de General La Madrid, provincia de Buenos Aires- eligieron dos cartas y vendieron ensaladas de frutas durante 20 días para reunir dinero. Cuando alcanzaron el objetivo, lo transfirieron para que Cumpliendo Sueños compre los regalos. Dice Marcelina que el gesto fue muy fuerte, “son chicos a los que no le sobra nada”.
Lo importante para la agrupación es que padrinos y madrinas se vinculen emocionalmente con los niños y niñas que van a recibir los regalos; “que los chicos sientan que alguien se tomó el trabajo de leer la carta, de pensar en su pedido y cumplirlo”.
Además de Marcelina, Natalia Nahuelpan, Darío Echague, Daniela Cortes, Carolina Anticev, Carola Marsili y Carina Ondarçuhu ponen el corazón y el trabajo en Cumpliendo Sueños. Llevan adelante tres campañas durante el año. Además de la navideña, tienen una destinada a cubrir las necesidades en el inicio de las clases y otra para el Día de la Niñez. También festejan los cumpleaños.
Marcelina está contenta porque en la última campaña escolar -después de vencer la vergüenza- una joven del merendero que comenzaba su experiencia en el ciclo terciario también recibió la asistencia de un padrino.
La primera vez que llegó Marcelina al merendero fue como madrina. Asistió con su hermana que estaba de visita en Bariloche. Conocieron a María Catalán, la referente de Copa de Leche a quién describe -sin dudas- como una persona hermosa. Cuando salieron del lugar, su hermana le dijo: “vos no tenés que ser madrina, tenés que ayudar”. Y ese fue el primer paso.
Asegura que conocer a María la marcó mucho, tiene una historia de vida muy fuerte. Y también la primera campaña, cuando se encontró con la carta de un niño que pedía a Papá Noel solo un puñado de caramelos.
En Cumpliendo Sueños son exigentes con la calidad de los regalos. Es importante donar lo que sirve. Si es para tirar, hay que tirarlo. “Hemos devuelto cosas, no nos sirve. Lamentablemente son cosas que pasan. Y también sucede la solidaridad a lo grande”, contó y recordó cuando un padrino donó todas las bicicletas pedidas y piletas.
Más allá de repetir la experiencia todos los años con distintos matices, Marcelina se sigue emocionando como el primer día. Dice que disfruta mucho de sentarse a leer con los chicos y chicas las cartas, desarmar el ruidoso envoltorio y abrir los paquetes. Es un momento siempre especial. “Nos quedamos con las caras felices, ese es nuestro regalo todos los años”.