Eran estudiantes y se propusieron fabricar sorbetes de trigo: su fábrica es la primera en Latinoamérica

Por Lorena Direnzo 

Franco De Stefano y Francisco Ben eran dos estudiantes de la carrera Administración de Empresas en Buenos Aires hacia fines de 2022, cuando se toparon con sorbetes de paja de trigo, importados de China, uno de los mayores productores a nivel mundial. Se preguntaron por qué no fabricarlos en Argentina, país donde el trigo también abunda.

En 2019, la Ciudad de Buenos Aires había prohibido el uso de los sorbetes de plástico, siguiendo los pasos de Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, Mar Chiquita, Mendoza y Ushuaia. La alternativa fue el uso de pajitas de papel o cartón que, por lo general, terminan deshaciéndose con el líquido.

La idea de los dos jóvenes fue proponer una alternativa local de sorbetes de paja de trigo. Pero el proceso no fue sencillo y llevó dos años de investigación y desarrollo, pero concluyó con la primera fábrica del país y América Latina. En apenas cuatro meses, lograron un alto nivel de ventas a nivel país y están a solo un paso de exportar a países limítrofes en los próximos meses. Los impulsores de la marca Paja tienen apenas 25 años.

Una alternativa distinta y ecológica
Una alternativa distinta y ecológica

“Paja nace en 2023 cuando armamos la sociedad y empezamos a hacer las pruebas finales del producto. Nunca entendimos por qué, con todo el trigo que hay y las extensiones de campo, nadie lo hacía acá”, explicó De Stefano. Por fin, salieron al mercado en diciembre del 2024 como una alternativa a los sorbetes de papel y cartón que, los socios consideran “no cumplen la función y son malos”.

Investigación de cero

Durante dos años, De Stefano y Ben se abocaron a investigar sobre el proceso de elaboración porque no había nada de información. Se sucedieron reuniones con técnicos, ingenieros agrónomos, genetistas y ruralistas y fueron armando un mapa posible de producción.

“Nos abocamos a indagar en la siembra, la genética, los granos de la planta de trigo hasta el producto final. Usamos el tallo natural de la planta que es hueco. Pero nos gusta porque es el más firme, el que más resistencia tiene”, dijo De Stefano. Aseguró que, al emplear pocas hectáreas para producir, le dan un tratamiento diferenciado a la siembra tradicional que se focaliza en la espiga -y no en el tallo-. En este caso, los jóvenes alquilan un campo en Bragado, provincia de Buenos Aires, de donde es oriundo Ben. “En general, hay entre 3 y 4 millones de plantas por hectárea. Este año que pasó, logramos sembrar 5 hectáreas”, detalló.

Estudiaban Administración de Empresas cuando se les ocurrió la idea

El trigo es un cultivo de invierno que se cosecha una vez al año, por lo general entre noviembre y enero, según el clima. En este momento, plena época de siembra, confiaron que “la idea es sembrar 15 hectáreas”.

“El objetivo es expandirnos este año: crecer en volumen de ventas y ponernos más cancheros desde la producción”, afirmó De Stefano que se encarga de la operación de la fábrica ubicada en el barrio porteño de Monte Castro. “En 2022 y principios de 2023, las primeras dos cosechas, estuvimos los dos en el campo. Pero Francisco es de allá. De modo que ahora, él se encarga del campo, de la siembra y yo de la fábrica”, dijo.

En el campo, se lleva adelante “la parte más sucia” del proceso ya que el tallo del trigo “no es perfecto” y es acompañado, por ejemplo, de muchas hojas. Por eso, en Bragado se hace la limpieza y el tallo se corta a medida de los sorbetes que se comercializan -de 15 y 20 centímetros-, tarea que involucra a unas 20 familias; mientras que en la planta de Capital Federal, en cambio, tres personas llevan adelante la esterilización, el secado y el empaquetado.

La producción de trigo se hace en Bragado

“Lo cierto es que todo el proceso es lento. Hoy estamos fabricando unos 250 mil, 300 mil sorbetes por mes”, admitió. Pero recalcó, sin poder ocultar su orgullo: “Somos los primeros fabricantes. En China hay varias fábricas, al igual que en Australia. Pero es un mercado emergente. Hasta ahora, se importaban”.

Un sorbete natural

¿Cuál es la ventaja del sorbete fabricado con paja de trigo? Sus fabricantes insistieron en la calidad y funcionalidad ya que resiste el tiempo de consumo de una bebida, sea fría o caliente.

“Esterilizamos a altas temperaturas y el sorbete resiste sin problema. En términos de calidad, es la solución adecuada a las alternativas que manejamos: el plástico está prohibido -y seguramente esta tendencia se trasladará al resto del país-. Por otro lado, la alternativa del papel o cartón no gusta demasiado porque el sorbete se deshace”, subrayó De Stefano. Mencionó que “esta última alternativa está directamente relacionada a la desforestación. Además, la producción del papel es una de la industrias que más consumo de agua requiere”.

El sorbete de trigo demora 6 meses en descomponerse

El trigo, en cambio, planteó, “nace todos los años, es un recurso renovable, compostable. Un sorbete de trigo tarda menos de 6 meses en descomponerse. Es natural y no usamos químicos, ni nada para fabricarlo. Es la mejor solución de calidad, sustentabilidad y sostenibilidad”.

El desafío de estos dos jóvenes emprendedores es crecer en volumen de ventas en lo que resta del año. Hoy, lo hacen a través de la venta directa, pero a mediados de año, pretenden incorporar distribuidores. El objetivo, por otro lado, es crecer como marca ya que saben que muchos otros imitarán su camino y por lo tanto, a mediano plazo, el producto será “algo masivo”. “Nadie sabe la marca de los sorbetes que uno consume. Queremos que Paja se instale”, dijo.

¿Qué significa para dos jóvenes de 25 años haber logrado poner en marcha una empresa que, en solo cuatro meses, se convirtió en un éxito? Un orgullo inmenso, coincidieron. “Mucho de lo que estudiamos nos sirve para la parte comercial, las finanzas y  elmarketing, pero fue duro aprender la parte del campo. Empezamos de cero, aprendiendo sobre la marcha y lo logramos pese a las trabas”, concluyeron.