Claudio Araya Véliz inicia la conversación desde una oficina que tiene una vista privilegiada en Santiago de Chile. Si gira la cabeza, a su derecha, se encuentra con la imponente ciudad. Y si cambia de sentido se maravilla con las montañas.
La oficina pertenece al edificio de la Universidad Adolfo Ibáñez, donde trabaja. Claudio es psicólogo y doctor en Investigación en Psicoterapia, además de docente y escritor. Investiga la profundidad del concepto de la humanidad compartida.
“Significa darnos cuenta de que formamos parte de una humanidad y que no estamos aislados. Y nuestra pertenencia no solo corresponde al grupo más cercano, podemos tomar consciencia de que somos parte de la familia humana. Se relaciona con la idea de ser ciudadano del mundo, una idea muy antigua”, explicó Claudio en Pausa, el programa de radio que conduce Vivian Mathis.
En contraposición a esta idea, surge el nacionalismo extremo. La humanidad compartida apela a tomar cosas en común y también las diferencias. “Mi cruzada es poder sistematizar esta ‘humanidad compartida’ e investigarla”, comentó y se preguntó qué pasa si cultivamos esta consciencia como una habilidad.
“Hoy hay mucha soledad en muchos lugares. El antídoto es volver a conectarnos”
Claudio trabaja para descubrir evidencias sobre los efectos positivos de la práctica de la humanidad compartida. “Si esto es así, podemos llevarlo a las escuelas. Podría contribuir para conectarnos con personas desconocidas”, comentó. Y ser utilizado en el terreno de la migración o en la convivencia escolar. Para Claudio es un tema de notable relevancia social.
¿Y cuáles son los obstáculos para propiciar los encuentros?. Ante esta pregunta, el investigador chileno admite que la respuesta es compleja. Asegura, en principio, que hay ciertos aprendizajes que nos aíslan o desconectan de los desconocidos. Por un tema de temor, seguridad, privilegiamos muchas veces no entrar en contacto con un otro o una otra.
Además, continúa, “hay fuerzas que nos hacen centrarnos en nuestros propios intereses como, por ejemplo, la tecnología que hace que la información que recibimos sea muy autocentrada”. Eso restringe nuestro campo de encuentro con otras personas distintas. Y genera que nos sintamos más aislados. “Hoy hay mucha soledad en muchos lugares. El antídoto es volver a conectarnos”, sintetizó.
Claudio asegura que llegó a la idea de la humanidad compartida por una cuestión muy personal, se dio cuenta de la importancia del contacto con otras personas. “Es muy poderoso”, describe y agrega que ese encuentro hace que todo se vuelva más simple y más significativo.