Un banco largo despierta curiosidad en el evento. Se acercan los visitantes para sentir la textura con la punta de los dedos. Parece hecho de madera, pero no. En realidad, se usaron mil botellas de plástico para crearlo. Y tiene espacio suficientes para tres o cuatro personas.
“No solo contribuye con la reducción de los plásticos, evita la tala de árboles y tiene una durabilidad eterna”, explica convencido su creador, Emiliano Daniele, responsable del emprendimiento familiar dedicada al reciclado de plásticos.
Dangen SRL es de Plottier, nació en 1992 cuando la problemática del plástico y su impacto en el medio ambiente no formaban parte de ninguna agenda comunitaria. Todo comenzó cuando Jorge Daniele y Liliana Genco -padre y madre de Emiliano- decidieron desarrollar madera plástica. “Para ellos fue un gran esfuerzo mantenerla porque en esa época era difícil hablar de ecología. Todo pasaba por lo económico”, comentó. Eso hizo, por ejemplo, que durante años resultara muy difícil interesar al Municipio de la localidad neuquina.
De los residuos post consumo, el plástico es el más difícil de reciclar ya que representa un 30% del volumen de los residuos generados.
Ecoplas es una entidad técnica profesional especializada en plásticos y medio ambiente constituida como Asociación Civil sin fines de lucro. Informó que en 2020 se recuperaron en Argentina 282.000 toneladas de plástico. Del total, 258.000 toneladas son de reciclado mecánico y 24.000 toneladas como recuperación energética en hornos de cemento, lo que presenta una tendencia creciente en el país: desde el 2003 se reciclaron casi 5 veces más plásticos.
Cuando Emiliano ingresó al emprendimiento imaginó que podía inyectar algo más que energía joven. Se entusiasmó con la oportunidad de encastrar a la empresa con el concepto del triple impacto. “Conocí empresas B y eso me motivó. Nos interesa que nuestro proyecto se comprometa con el medio ambiente y el impacto social”, señaló.
Dangen hace muebles, juegos para plazas y garitas. Con la construcción de un banco de plaza, por ejemplo, reciclan 1.600 botellas desechadas con destino contaminante.
“Está surgiendo una nueva economía del plástico que es circular donde el volumen de residuos plásticos, además de no terminar en rellenos sanitarios ni el ambiente, se convierten en recursos valiosos para nuevos usos», señaló Verónica Ramos, directora Ejecutiva de Ecoplas.
El primer paso de Dangen es la recolección del plástico. Tiene convenios con municipios que se traducen en el traslado del material a cambio de productos. “A su vez, los municipios se comprometen a la compra de nuestros productos para incentivar la comercialización”, explicó. El acuerdo también se da con las empresas, aunque tienen un especial cuidado “porque no trabajamos con plásticos contaminados”. Realizan acuerdos también con escuelas e instituciones.
En 2019 recuperaron un total de 75.000 kilogramos de residuos plásticos post consumo que se transformaron en nuevos productos.
Emiliano contó que luego de reunido el material, se clasifica según los tipos de plásticos y colores. Después se avanza en el proceso de molienda que consigue que el material se convierta “en algo parecido al papel picado”.
Separado y molido se vuelve a juntar en función a la mezcla que deseen realizar. “Esa mezcla se ingresa a una máquina -extrusora- que por calor y presión genera una masa moldeable que se trabaja con distintas matricerías”, apuntó. Por último, se realiza una tarea de carpintería, similar a la que se hace con la madera.
El plástico es uno de los materiales que más tarda en descomponerse y al mismo tiempo es uno de los más utilizados en las sociedades actuales. Una botella de plástico tarda de media, 500 años en desintegrarse. Y si está enterrada, el tiempo es mayor.
Foto de portada: crédito LM de Neuquén