Edgar Humberto Álvarez explica el mundo con plastilina. Su original creación dio la vuelta al mundo envuelto de un mensaje que aspira a promover mayor empatía en la sociedad.
El artista colombiano utiliza su talento para crear muñecos que interpretan las penurias de migrantes o personas desahuciadas en situación de calle.
“Lo hice toda la vida, desde el colegio. De niño nunca pensé que iba a dedicarme a esto, nadie piensa que puede convertirse en una profesión seria. Incluso mis profesores de Artes Plásticas tampoco lo consideraban; me decían que eso era para niños”, recordó desde su estudio en Bogotá. Pero Edgar insistió y la primera señal de que la plastilina sí genera interés fue la creación de los primeros libros “La magia de la plastilina”. Se vendieron más de 250.000 y tuvo la oportunidad de recorrer varios países de América.
La idea de hablar de temas sensibles en la comunidad surgió en el tiempo que vivió en Los Ángeles. Las cosas que le perturbaban se convertían en expresiones de plastilina. Creó un sitio en internet y la reacción de los visitantes fue inmediata. Eso le permitió luego desplegar un buen puñado de exposiciones. El hecho de ser animador le permitió expandir sus creaciones con corto metrajes que fueron premiados.
Durante 10 años se realizó la exposición de su autoría, Refugiados y Migrantes en América. “Muchas personas que van hacia Estados Unidos llegan a la frontera entre Colombia y Panamá, una selva llena de peligros”, comentó.
Para Edgar, las complejas condiciones de la migración siempre se presentaron de la misma manera a través del tiempo. Estados Unidos es un país de migrantes y existe “un miedo a lo distinto”. En su país llevó adelante una campaña que se llamó “Tomate un tinto (café) con quien piensa distinto” con la vocación de desarmar prejuicios.
También creó un proyecto en 2014 que recibió siete premios, llamado Los invisibles. Es un documental animado sobre los habitantes de la calle que deambulan por Los Ángeles. Edgar se sumergió en una comunidad que intenta sobrevivir. Recordó la experiencia como muy dura, se encontró con gente que solo espera que la muerte la levante. También aprendió sobre los tiempos. “Algunos tienen todo el tiempo del mundo para contemplar una paloma. Eso me cambió por completo”, contó.
Entre tantas creaciones, Edgar admite que recuerda una con especial cariño. Evangelina Chamorro logró salvar su vida en 2017 luego de ser arrastrada por un torrente de barro en las inundaciones causadas por ‘el Niño’ en Perú. Apenas vio esa imagen, Edgar puso la plastilina en estado de creación. Al día siguiente tenía más de 100.000 personas que la habían compartido. “Me bendecían y me daban las gracias, fue tan interesante que la imagen se convirtió en el símbolo de esa tragedia en Perú. Nunca imaginé que podía llegar a tantas personas”.
Para el artista colombiano, la plastilina es un material muy cercano, familiar que sirve como puente. Por eso genera que muchas veces se encuentre a personas llorando frente a un muñeco en alguna exposición.
Edgar llevó sus trabajos a China y trabajó para Disney Channel. A veces le dicen que “chifla” porque lo ven que pasa horas tomando cientos de fotos a sus muñecos para luego unirlas y animar a sus muñecos. Edgar le puso creatividad a un mensaje que habla del mundo, sus miserias y sueños. Y lo hizo con ese material tan cercano a los recuerdos de niñez. “Mi niño vive feliz”, define y ríe.