Alcanzar el objetivo llevó mucho esfuerzo y una buena cantidad de noches sin dormir. Aunque, claro, hay recompensa y eso sucede cuando una persona se sube al triciclo y el viento empieza a pegarse en un rostro sonriente.
Arturo y Alejandro Buituron, padre e hijo, consiguieron combinar la empatía con la técnica para dar vida a Mamut, un emprendimiento que nació en un taller que de mecánico pasó a ser creativo.
Cuando era un niño, Alejandro disfrutaba más de estar en el taller de su papá que en la escuela. Pasaba las tardes viéndolo trabajar, era el mejor plan del mundo. “Cuando Arturo empezó a trabajar con el transporte para personas con discapacidad, con el conocimiento que teníamos, adaptamos una camioneta para trasladar a personas en sillas de rueda”, recordó.
El taller se convirtió en el lugar donde se encontraban los fines de semana a inventar cosas.
A partir del nuevo trabajo de Arturo, ambos descubrieron el mundo de la personas que tienen una discapacidad motriz y deben transitar por ciudades que no son accesibles. “Circulando por la vereda, no se recorre más de 100 metros sin encontrar un obstáculo. Y eso significa que la persona en silla de ruedas no puede tener una vida normal”, observó.
Entonces se propusieron crear algo que permitiera manejarse de una manera más autónoma. Después de un arduo trabajo, nació un triciclo eléctrico que permite al usuario utilizarlo sin transferencia. “Eso significa sin bajarse de la silla de ruedas”, apuntó.
En 2019 crearon el primer prototipo y lo llamaron Mamut. El triciclo -explica Alejandro- es una plataforma que permite que la persona se suba con la silla de ruedas y pueda circular sin problemas en distintas superficies. Primero era completamente asistido de forma eléctrica; luego, desarrollaron un modelo que combina la asistencia eléctrica con la manual.
El camino no es fácil para el emprendimiento porque el producto es artesanal. Por lo tanto, costoso por el motor y la batería. Para Alejandro “no todo el proyecto es fabricación y venta. La idea es que la gente que lo necesite, lo pueda tener”, destacó y agregó que por eso asumieron el ejercicio de acercar las creaciones a los gobiernos para que comprendan que se trata de una herramienta que ayuda a personas con discapacidad motriz. “Y, además, se diseña y desarrolla en el país”.
Mamut fue uno de los proyectos seleccionados por Emprendé ConCiencia, el programa de acompañamiento a emprendimientos que utilizan la ciencia y la tecnología como herramienta para la transformación social. Estas ideas cuentan con la asistencia técnica de equipos especializados convocados por la Fundación INVAP.
Alejandro calificó la experiencia como «espectacular» porque “sirvió para resolver cuestiones técnicas y elaborar el modelo de negocio. No tenemos la veta comercial para que el proyecto no muera en el intento, por eso fue tan importante”.
La esencia del emprendimiento va más allá de los triciclos. Los Buituron -sensibles y creativos- generan el medio de movilidad de acuerdo a la necesidad de las personas.
Por supuesto, cada paso del proceso tiene un relevante componente emocional. Para Alejandro siempre es especial el momento en el que, por ejemplo, terminan un triciclo y lo entregan. Representa darle un poco más de libertad a la persona que busca mejorar su calidad de vida. Muchas veces, se trata de gente que nunca se subió a una bicicleta. Y ver la sonrisa cuando el viento cruza las caras es la emocionante recompensa. “Es tremendo”, sintetiza el creador de Mamut. Es lo que justifica todo.
Escucha parte de la entrevista realizada en GPS de El Cordillerano Radio