Oli, la muñeca con síndrome de Down que nació para fomentar la diversidad

Todo comenzó cuando la historia llegó a oídos de Federico Galanterni.

Una persona que conocía le preguntó a una niña con síndrome de Down si le gustaba las muñecas. Y ella respondió que no porque ninguna se parecía a ella. «Cuando escuchamos eso se nos puso la piel de gallina y sentimos que teníamos que hacer algo», recordó.

Federico es uno de los responsables de Casita de Muñecas, un emprendimiento que inició su padre Julio en 2015. Fabrican muñecos de apariencia real y en el último tiempo decidieron desarrollar una mirada inclusiva en su diseño.

“Hacemos bebes de apariencia real y nos dimos cuenta de que había una realidad de muchas personas que no se podían identificar en nuestras muñecas”, contó. Por eso nació Oli en 2018, una muñeca con los rasgos fisonómicos característicos del síndrome de Down (Trisomía 21).

Federico Galanterni

Para crearla, primero lograron la asistencia de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) para definir las características principales. El siguiente paso fue darle vida a través de un diseñador para finalmente realizar la impresión 3D y lograr el molde para la fabricación. Federico contó que el proceso demora entre 4 y 5 meses desde que nace la idea.

La mirada inclusiva atravesó el negocio. También lanzaron en 2021 un bebote con un dispositivo auditivo, su nombre es Eli. Se hizo con el respaldo de la Fundación de Ayuda al Niño con Discapacidad Auditiva (Fanda) y Fundación Arauz. Un grupo de médicos especializados en hipoacusia y fonoaudiólogos intervinieron en cada detalle del dispositivo.

“Algunos tienen rasgos orientales, otros afroamericanos. Ríen, lloran, duermen”, describió orgulloso Federico y destacó que siempre existió una inquietud social en el emprendimiento.

“Hacemos bebes de apariencia real y nos dimos cuenta de que había una realidad de muchas personas que no se podían identificar en nuestras muñecas”

Hoy son cerca de 20 personas las que trabajan en Casita de Muñecas, en Villa Soldati, aunque muchas más son las personas que están vinculadas indirectamente.

(foto Diario La Plata)

Federico admite que, entre tantas, una historia lo conmovió especialmente. El diario Once tituló en julio de 2019: «Una niña de Paraná pide ayuda para encontrar a su muñeca Oli». Y continuaba: «Si alguien la ve o sabe de ella, por favor, agradecería su devolución. Cielo la perdió y no se acuerda dónde. Tiene síndrome de Down como su dueña. Ayúdennos a encontrarla», pidieron familiares de la niña de 8 años.

Finalmente, ante la imposibilidad de encontrarla, crearon una historia con la complicidad de Casita de Muñecas para lograr que una nueva Oli llegara a las manos de Cielo. “Historias como esa recibimos todo el tiempo y hace que este trabajo sea tan gratificante”, comentó.

El fin es social, define convencido el autor de Oli. “Más allá de si ganamos más o menos, lo que va a trascender a mis hijos es el impacto social, el acompañamiento a un cambio cultural».

Escucha parte de la entrevista 


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