El experimento de Clara: desintoxicación digital para el bienestar emocional

Clara Oyuela es psicóloga y en su libro “Crónicas de una abstinencia” dejó plasmada una experiencia intensa que inició en 2018. Durante 30 días dejó su teléfono celular apagado en un cajón. Se comunicó por mail o mensajes de texto a través de un móvil viejo. Los primeros días fueron muy incómodos. 

Clara admite que atravesó sensaciones extrañas y luego de algunos días pudo disfrutar del experimento. “Mi ansiedad empezó a bajar mucho, y empecé a sentirme más contenta. También estuve más conectada con mis hijas y, al no tener el teléfono, la noción del tiempo cambió. Pasaba todo más lento”, contó. 

Unos años después lo hizo nuevamente, pero por tres días. «Me costó mucho más», asegura y dice que entendió que los momentos personales pueden influir en la forma en la que se vive la desconexión. “Esos 30 días estuvieron llenos de matices. Me hice trampa, pero no viví los picos de ansiedad y esos síntomas de abstinencia cuando lo hice después por 3 días”, recordó. 

Clara publicó Crónicas de una Abstinencia

Clara trabajó en 2023 el experimento de guardar el celular por unos días con 16 adolescentes de una escuela en San Martín de Los Andes y también con 20 adultos. Uno de los jóvenes compartió que su papá le dijo que estaba más inserto en la familia, que estaba más contento. En cuanto a los más grandes, la psicóloga recordó que una de las madres le dijo que estuvo más atenta a hidratarse. “Estamos hablando de algo que tiene síntomas de adicción”, subrayó. 

La psicóloga, que nació en Buenos Aires y hace diez años elige San Martín de los Andes para vivir con sus hijas Azucena y Miranda, escribió los libros ‘Una flor en las estrellas’, ‘Crónicas de una abstinencia’ y ‘La Luna más bonita’. En 2023 brindó una charla TEDx en Bariloche en la que reflexionó sobre la importancia de encontrar un equilibrio saludable en nuestra relación con la tecnología para mejorar nuestro bienestar emocional. Además se refirió a la necesidad de establecer límites a los niños en el riesgoso terreno de las pantallas.

La difusión del trabajo de Clara despertó el interés de otros profesionales y eso desembocó en el armado de equipos con personas que comparten la mirada sobre la relevancia que tiene esta problemática. Más allá de eso, considera que su trabajo es muy solitario. “Es uno de los grandes temas en el terreno de la niñez y la adolescencia y no se trata con la seriedad, importancia y gravedad que tiene por las consecuencias que puede provocar”, apuntó. 

El experimento fue realizado por jóvenes y adultos en San Martín de Los Andes

Para Clara, la gran pregunta que nos debemos como sociedad es ‘cuál es la edad conveniente para que una persona acceda a un primer celular. En los talleres que brinda se encuentra con el testimonio de adolescentes sobre acoso en las redes sociales. “Los riesgos son enormes. Es el acceso a la pornografía a partir de los 10 años, el acoso sexual. Y en algunos casos se puede prevenir y con el acompañamiento de adultos se puede bloquear y en otros casos, los niños están a la deriva”, comentó. 

Es importante que este intenso vínculo de niños, niñas y adolescentes con las pantallas esté en la agenda de salud pública. La ansiedad es una pieza visible en este juego. “Yo misma lo vivo todos los días cuando paso mucho tiempo con el celular, lo puedo sentir en el cuerpo, en mi cabeza. Imaginemos a un niño que está en pleno proceso de desarrollo, en donde la capacidad de regularse está en pleno aprendizaje”, señaló. Un cerebro inmaduro está mucho más expuesto a padecer la ansiedad. Y no sólo eso, apunta Clara, también “depresión, irritabilidad, caprichos desmedidos, pérdida de motricidad fina, falta de concentración y trastornos en el lenguaje, en la imagen corporal y el sueño. Es muy delicado”.

“¿Qué se puede hacer? Muchas cosas. El problema es muy grande pero las posibles soluciones son sencillas, las tenemos a mano”, aseguró la psicóloga que aclaró también que para eso hay que ser valientes y creativos. Y destacó el caso del primer ministro de Australia, Anthony Albanese, que decidió prohibir el uso de las redes sociales a menores de 16 años. Afortunadamente, reflexiona Clara, existen mandatarios con la capacidad de atender las problemáticas sociales de la época.