El lunes 16 de diciembre se presentó en Namibia, África, el resultado de la evaluación realizada por 150 países sobre las opciones para lograr un cambio transformador para detener el colapso de la biodiversidad. El trabajo surgió de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). El investigador argentino Lucas Garibaldi (UNRN-CONICET), fue uno de los tres científicos coordinadores del trabajo.
El informe ‘El Cambio Transformador’ fue elaborado durante tres años y recibió el aporte de más de cien expertos destacados de 42 países de todas las regiones del mundo. El documento final advierte que para detener y revertir la pérdida de biodiversidad y salvaguardar la vida en la Tierra se necesitan -de forma urgente- cambios profundos y fundamentales en la forma en que las personas ven el mundo natural e interactúan con él.
Se destacan cuatro principios de abordaje y cinco estrategias propuestas para revertir esta degradación y, además, poder producir más riqueza económica generando más puestos de trabajo.
«Según las tendencias actuales, existe un grave riesgo de que se produzcan varios puntos de inflexión biofísicos irreversibles, como la desaparición de los arrecifes de coral de baja altitud, la extinción de la selva amazónica y la pérdida de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida occidental», explicó Lucas Garibaldi, docente e investigador de la Universidad Nacional de Río Negro y director del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD/ UNRN-CONICET) que funciona en Bariloche.
Garibaldi especificó que “el cambio transformador es necesario porque la mayoría de los enfoques pasados y actuales de la conservación, que pretenden reformar los sistemas antes que transformarlos, no han logrado detener ni invertir el declive de la naturaleza en todo el mundo, lo que tiene graves repercusiones para la economía mundial y el bienestar humano”.
«El cambio transformador para un mundo justo y sostenible es urgente, porque se está cerrando rápidamente la ventana de oportunidad para detener y revertir la pérdida de biodiversidad y de impedir que se desencadene el declive potencialmente irreversible y el colapso previsto de las funciones clave de los ecosistemas», afirmó la profesora noruega Karen O’Brien, copresidenta de la evaluación junto con Lucas Garibaldi y Arun Agrawal de Estados Unidos.
Retrasar las acciones para detener e invertir la pérdida de biodiversidad en el mundo, aunque solo sea una década, costará el doble que actuar ahora. Actuar de inmediato también puede generar importantes oportunidades de negocio e innovación a través de enfoques económicos sostenibles, como la economía positiva para la naturaleza, la economía ecológica y la economía centrada en la Madre Tierra. Según estimaciones recientes, podrían generarse más de 10 billones de dólares estadounidenses en valor de oportunidades empresariales y 395 millones de puestos de trabajo en todo el mundo de aquí a 2030.
Las causas subyacentes de la pérdida de biodiversidad identificadas por el informe son la desconexión de las personas con la naturaleza y la dominación sobre la naturaleza y otras personas; la concentración desigual de poder y riqueza; y la priorización de las ganancias individuales y materiales a corto plazo.
El informe que el lunes fue aprobado en la capital de Namibia, Windhoek, por el Plenario de la IPBES, compuesto por sus 147 gobiernos miembros, define el cambio transformador como cambios fundamentales en todo el sistema de visiones como formas de pensar, saber y ver; estructuras (formas de organizar, regular y gobernar) y prácticas (formas de hacer, comportarse y relacionarse).
«Por complejo y difícil que sea abordar estas causas subyacentes de la pérdida de biodiversidad, sigue siendo posible realizar una transformación positiva», afirmó Garibaldi. «La historia nos ha demostrado que las sociedades pueden transformarse a gran escala, como ocurrió durante la Revolución Industrial. Aunque aquella época trajo consigo terribles costes medioambientales y humanos, es la prueba de que un cambio fundamental y sistémico es posible, aunque se produjo en un periodo de tiempo mucho más largo que el que necesitamos ahora mismo para el cambio transformador en pro de un mundo justo y sostenible. Si queremos cumplir hoy nuestros objetivos comunes de desarrollo mundial, necesitamos iniciar una nueva transformación: una que conserve y restaure la biodiversidad de nuestro planeta en lugar de agotarla, al tiempo que nos permita prosperar a todos”.
Para descargarse el informe completo de prensa, hacer click aquí.