Bruno Guillén recibió la noticia a la mañana junto a su familia y el impacto fue tal que demoraron algunos segundos en regresar sus pies a la tierra.
Bruno es profesor de educación técnica del CET 2 de Bariloche y fue seleccionado como uno de los mejores 50 educadores del mundo en el marco del Global Teacher Prize 2023. Es un reconocimiento a la trayectoria y su metodología de trabajo.
El docente de 38 años fue además impulsor en 2019 de un proyecto solidario que trascendió las fronteras. Consiste en una iniciativa que crea diferentes dispositivos manuales para personas con artritis, como calzadores, abridores de botella, llaveros, alcanza objetos. Se diseñan a través de un software de diseño y se imprimen en 3D.
Del proyecto participaron alrededor de 40 estudiantes de primer año del ciclo superior y fue llevado a cabo en el taller de Diseño asistido por computadora.
«A los estudiantes les digo que se animen a soñar. Y a través de la educación se puede mejorar su calidad de vida y seguir creciendo como personas»
“No sé qué evalúan pero entiendo que poner el conocimiento al servicio del otro es importante. Los chicos aprenden con un objetivo claro, con lo que ellos planifican y pueden ayudar a otras personas”, contó.
Giselle Bogado, su esposa, fue la responsable de empujarlo a la postulación. Además, venía con el impulso de haber conseguido el tercer puesto en un concurso organizado por el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS).
Bruno es el único argentino que integra el grupo de 50 docentes que surge de una selección de entre 7.000 aspirantes de 130 países. El ganador se definirá en noviembre y recibirá un millón de dólares.
Primero le hicieron una entrevista por Zoom. Le dijeron desde la organización que lo seguían evaluando. Y el último encuentro fue -en teoría- para corroborar algunos datos, aunque el verdadero sentido era decirle, al final, que había sido seleccionado. “No entendíamos nada, quedamos shockeados”, admitió y agregó sobre el camino restante que “lo que tenga que pasar va a pasar. Ya tengo el reconocimiento del colegio, de los estudiantes. Eso es muy importante”.
Mientras cuenta detalles de este momento tan especial, se dirige con paso ligero hacia los estudios de la Televisión Pública en Buenos Aires para protagonizar una entrevista. “Soy un docente entre miles que hacen un trabajo arduo en las escuelas. Tengo tantos compañeros que también merecen este reconocimiento. Yo solo me animé a contar lo que vivimos”, comentó.
Antes de este importante capítulo de su vida como docente, Bruno trabajó en la herrería de su padre Pedro. Y también se desempeñó como técnico operador de una fábrica de aberturas. Precisamente en ese lugar lo despidieron por “reducción de personal” y eso lo llevó a presentarse en el CET 2 para dar clases de taller. Justo en la escuela donde se formó.
“Este reconocimiento es muy lindo y me permite ser embajador”, admite y agrega un mensaje destinado a los estudiantes. Dice que se animen a soñar, “a través de la educación pueden mejorar su calidad de vida y seguir mejorando como personas”.