Rodeada de una frondosa vegetación, Verónica Bergottini se internaba de niña en una selvita que está muy cerca del club en El Dorado, Misiones, para intentar descubrir tucanes, monitos o -si tenía suerte- un oso hormiguero.
Esas exploraciones con la naturaleza como espectacular vidriera contribuyeron para trazar el camino de Verónica que se recibió años después de licenciada en genética. Luego se doctoró en la Universidad de de Neuchâtel, Suiza y comenzó a explorar la posibilidad de utilizar materiales de origen microbiano en la moda.
Y en ese proceso, la yerba mate ocupó un lugar protagónico que despertó interés de inmediato. De hecho, su trabajo tuvo tanta repercusión que se convirtió en una suerte de científica de la moda sustentable.
“Me atrae todo lo que es nuevo, y más cuando es algo innovador que no se había abordando en Argentina. Hoy ya tenemos una publicación científica”, comentó Verónica que está convencida de que el lugar donde nació, se crió y creció influyó mucho en su formación académica. Además, siempre se interesó por las investigaciones vinculadas a las sustentabilidad.
“¿Me creerían si les digo que a partir de este mate -lo señala- podemos cultivar telas con microorganismos?”, le preguntó a la nutrida audiencia del TED x Río de la Plata (2018). Y mostró el material que obtuvo luego de cultivar bacterias y levaduras “en una especie de mate cocido dulce”.
Explicó que los microorganismos crecen en la superficie de este líquido y forman una lámina celular compacta que, luego de procesada, adquiere una textura similar al papel o al cuero vegetal. “Este material es biodegradable y compostable, lo cual lo hace muy atractivo para el diseño sustentable”, apuntó.
Por lo tanto, hay un impacto positivo en el ambiente porque se utiliza el residuo producido de la yerba mate para obtener el polímero que permite formular materiales.
“Se generó mucha repercusión cuando pude tener un cuero de origen bacteriano. Hoy no tenemos en Argentina producción en el mercado, se requiere mucha inversión”, aclaró.
Dijo que el concepto de la sustentabilidad está más maduro en países de Europa. Hay marcas de biomateriales que apuntan a lo que se denomina ‘lujo sustentable’. No son para uso masivo por sus costos, son materiales que se utilizan en grandes marcas como Stella McCartney o Hugo Boss.
Sin embargo, hay empresas de gente muy joven en México, Estados Unidos y Europa que han desarrollado este tipo de tecnología y apuntan al lujo sustentable. “Con los cambios de paradigma, los productos primero son caros y después desciende el precio si hay una legislación que acompañe. Siempre pasó eso”, comentó.
Además de la moda sustentable, Verónica desarrolló una bebida fermentada en base a la yerba mate. “Tenemos una marca propia en el mercado, es Karu Kombucha”, dijo orgullosa.
La kombucha es una bebida milenaria que tiene su origen en China, se lo denomina el té de la inmortalidad. Explicó que se hace una especie de té dulce y el fermento. “Se genera una lámina blanca. Esa es la celulosa, el polímero que sintetiza las bacterias que están en el fermento. Y hay levaduras también. Se fermenta durante 14 días”, comentó y destacó que tiene muchos beneficios para la salud.
Los proyectos se vinculan porque el biomaterial se nutre del residuo de la kombucha. Admitió que nunca había imaginado que de un proyecto de investigación iba a surgir un producto para comercializar. “Es una forma de sostener el trabajo de investigación. Siempre se puede buscar la vuelta a los negocios”, aseguró sonriente.