La organización internacional Oxfam publicó el informe “Las desigualdades matan” en el contexto de la Agenda de Davos del Foro Económico Mundial. En su contenido se destaca que las desigualdades contribuyen a la muerte de, al menos, 21.000 personas al día. Una persona cada cuatro segundos.
El informe aclara que se trata de estimaciones conservadoras basadas en el número de muertes causadas a nivel global por “la falta de acceso a servicios de salud, la violencia de género, la discriminación por raza, el hambre y la crisis climática”.
El director regional de Oxfam para América Latina, Simon Ticehurst, señaló que si bien se trata de un fenómeno a nivel global, América Latina es la región más desigual del mundo. “Y en la pandemia se exacerbó de una forma extraordinaria”, destacó y agregó que este proceso se da por la concentración de la riqueza en manos de multimillonarios y por múltiples factores que derivaron en un empeoramiento de la situación económica y social de la mayoría de la población.
En el informe se subraya que los diez hombres más ricos del mundo han duplicado considerablemente su fortuna, que ha pasado de 700.000 millones de dólares a 1,5 billones de dólares -a un ritmo de 15.000 dólares por segundo- durante los primeros dos años de una pandemia que “habría deteriorado los ingresos del 99 % de la humanidad y que ha empujado a la pobreza a más de 160 millones de personas más”.
Ante esta brecha social escandalosa, Simon aseguró que resulta necesario generar herramientas concretas para transformar este escenario. Desde Oxfam promueven la creación de un impuesto único y solidario sobre la riqueza generada durante la pandemia “que puede ser invertida en acceso a las vacunas, mejorar el sistema de salud y medidas sociales”.
Se calcula, por ejemplo, que mueren 5,6 millones de personas cada año por la falta de acceso a servicios de salud en países pobres. Por ejemplo, en San Pablo -Brasil-, la esperanza de vida de la población de las zonas más ricas es 14 años mayor que la de las zonas más pobres. Además, las personas negras en este país tienen 1,5 veces más probabilidades de morir de COVID-19 que la población blanca.
“No planteamos algo fuera de serie. Se trata de tener más consciencia de este tema como un problema que tiene solución”, opinó sobre el impuesto sugerido por Oxfam. Dijo que, además, hay que repensar los sistemas fiscales de los gobiernos para lograr una redistribución que permita atacar la causa de la desigualdad que sigue reproduciéndose.
Ticehurst está convencido de que el impacto de vivir en desigualdad es muy alto para muchas personas. Es que la desigualad mata, sentencia. Y apunta que “es el resultado de una serie de medidas. No es algo natural, es el producto de nuestro sistema económico. Por eso se puede corregir”.
Con solo el 8,4% de la población mundial, los 1,5 millones de muertes registradas en América Latina por Covid-19 representan alrededor del 30% del total de muertes mundiales, lo que convierte a la región en la más afectada del planeta a septiembre de 2021, de acuerdo con datos de CEPAL.
Oxfam recomienda que los gobiernos adopten inmediatamente las siguientes medidas:
Recuperar las ganancias que los milmillonarios han acumulado aplicando impuestos de carácter permanente sobre el capital y la riqueza para gravar la enorme riqueza que han amasado desde el inicio de la pandemia.
Invertir los billones de dólares que podrían recaudarse con estos impuestos a través de un gasto progresivo en servicios de salud y protección social universales, la adaptación al cambio climático, y la prevención de la violencia de género y programas al respecto
Los Gobiernos ricos deben suspender inmediatamente las normas de propiedad intelectual que regulan la producción de vacunas contra la COVID-19 para que más países puedan producir vacunas seguras y eficaces con el fin de acabar con la pandemia.