El primer paso lo dieron en la residencia materno infantil Villa Paz de Madrid en 2014. Se reunieron con la directora del establecimiento, Sonia Hernández, que los miró con seriedad y escuchó con perfecta atención.
Apenas lograron transmitir el sentido del proyecto, hizo un silencio y les aclaró que debía compartirles algo. Se trataba de una regla de oro. Si un día debían faltar, tenían que avisar porque es importante saberlo. Y que si eso sucedía más de una vez, ya no era necesario que lo anunciaran, que mejor no fueran más porque a los chicos ya le habían fallado muchísimo.
“Fue toda una responsabilidad. Nos dio una lección de compromiso”, recuerda Víctor Gil, director de la Orquesta de la Música del Reciclaje, una iniciativa social que trabaja con niños, niñas y adolescentes marginados. “Pensamos que podíamos darle una segunda oportunidad a las personas y a las cosas”, definió el argentino que vive hace 33 años en España. El proyecto social nació de la mano de Ecoembes, la organización medioambiental que promueve la economía circular a través del reciclaje.
El proyecto se nutrió de una experiencia que surgió en Paraguay, la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura. Fabio Chávez, técnico medio ambiental y músico es su creador y director. Acuñó una consigna que se expandió por el mundo: “El mundo nos da basura y nosotros devolvemos música”. La orquesta está conformada por niños, niñas, adolescentes y jóvenes de escasos recursos que viven en la comunidad del Bañado Sur ubicada alrededor del vertedero Cateura.
Víctor es de profesión chelista, aunque por las vueltas de la vida toca cualquier instrumento que tenga cuerdas y llegue a sus manos. En la orquesta utiliza un bajo que fue patineta y que, con la ayuda de un luthier, suena muy bien. Admite que tiene un color musical muy particular.
Una de las primeras cosas que comprenden los estudiantes es que se puede hacer música con cualquier cosa. En la orquesta tienen en cuenta que los instrumentos que fabrican deben respetar las medidas correctas para facilitar el camino de quienes deseen continuar el camino de la música.
Fernando del Solar es el luthier que tiene la orquesta. Cuando se sumó le propusieron el desafío de -por ejemplo- hacer violines con lo que normalmente tiramos a la basura y no con madera.
La orquesta cuenta con más de 70 instrumentos reciclados, entre ellos, violines, guitarras, chelos, flautas, saxos, contrabajos y piezas de percusión. A través del trabajo de Fernando se convirtieron cajas metálicas de galletas o de madera forradas, tenedores, tornillos, sumideros y coladores en piezas vitales para este proyecto social.
“Para los chicos es mucha emoción subirse a un escenario y recibir el aplauso del público. Son grupos de niños y niñas marginados de la sociedad. Algunos pertenecen a centros de acogida, tienen muy poco acercamiento a la enseñanza musical”, contó Víctor y agregó que, además, “la gente se da cuenta que esto suena lo suficientemente bien para tener una entidad”.
El crecimiento de la Orquesta de la Música del Reciclaje permitió que hoy los jóvenes colaboren con los aprendices. Se creó una dinámica que garantiza la continuidad de su naturaleza . “No hay imprescindibles”, considera su director. El equipo cuenta con una directora pedagógica, siete profesores y voluntarios. Las actividades están centradas en Madrid y el año próximo avanzarán hacia Valencia.
Para Víctor el hecho de que materiales que fueron desechados estén arriba del escenario es un mensaje muy fuerte. “Y tocados por jóvenes que también se sentían así”, apuntó y agregó que el mundo no soporta más la idea de usar y tirar. Y no habla solo de latas.