Lucas Garibaldi es doctor en Ciencias Agropecuarias y vive en San Carlos de Bariloche. El reconocido investigador fue coordinador del informe Cambio Transformador que busca generar alternativas para frenar el colapso de la biodiversidad. El trabajo reunió más de cien expertos destacados de 42 países de todas las regiones del mundo.
Lucas elige la figura de la casa para explicar el comportamiento humano en el planeta. “Pensamos que las cosas están dadas, que siempre vamos a poder respirar, tener un clima amigable, sin catástrofes. Dependemos de la naturaleza, de la diversidad de vida. Si no reconocemos esto, es como llegar a una casa que heredaste y romper los caños con un martillo”, ejemplificó en el programa Pausa, que conduce Vivian ‘Lulú’ Mathis.
Es difícil responder al interrogante de por qué nos comportamos de una forma autodestructiva. Para Garibaldi, “estamos movilizados por los incentivos equivocados para obtener beneficios de corto plazo. Pensamos que la felicidad está en las cosas inmediatas, pero nunca nos satisface y necesitamos más y más”. Y como ese razonamiento penetra en los sistemas productivos, se toman decisiones que no preservan la naturaleza.
“Tenemos una herencia natural. Es el suelo, el bosque, las pampas, y en vez de usarlos de manera que se pueda regenerar, intentamos obtener todo rápido, como si fuera un sistema de minería de los recursos naturales”, explicó y aseguró que la raíz fundamental de todo este proceso está asociado a la ignorancia porque “no logramos reconocer que nuestra salud y felicidad están asociadas a esa interdependencia”.
No todo es sombrío. Lucas observa que, a diferencia de lo que sucedía hace 20 años, podemos ir a cualquier región del mundo y encontrar soluciones ya en territorio, cosas positivas a replicar. Por eso podríamos tener un crecimiento rápido si existiera la decisión de hacerlo.
Lucas Garibaldi es doctor en Ciencias Agropecuarias, docente, investigador, director del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales Agroecología y Desarrollo Rural (UNRN y CONICET) y coordinador del informe Cambio Transformador de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
Hace tres años está coordinando la evaluación global en la que intervienen más de 200 científicas y científicos de todo el mundo. En el trabajo se plantean los cambios necesario para pasar de una trayectoria de destrucción hacia una de regeneración. “No son cosas estrambóticas”, aclara.
Valora que en este trabajo conoció gente de todo el mundo. Se nutrió de información de cómo funciona la ciencia en distintos lugares del planeta, cómo piensan los científicos, cómo son las culturas científicas, como se financia la ciencia y como funcionan los laboratorios. “Es una experiencia única que intento que pueda permear en Argentina para conseguir mejoras”, apuntó.
Antes de presentar el informe Cambio Transformador en Namibia admitió que convivió con una importante presión porque están generando la información más relevante del mundo para provocar los acuerdos que van a guiar el camino de la humanidad.
Lucas tiene 43 años, 4 hijos y su trabajo tiene que ver con el futuro que van a heredar. “¿Cómo integro mi vida profesional con la personal? Estoy convencido de que lo que importa es lo que haces, más que lo que decís. Tenes que ser el ejemplo de lo que querés que ellos sean”, asegura y admite que su motivación hoy sigue siendo la misma: conocer y aprender para poder ayudar.