La periodista y escritora española observa un desafío complejo. “Es irónico; durante los últimos cinco años obligamos a las plataformas a que cifren las comunicaciones y ahora se transforma en el arma de la desinformación”. Se pueden generar campañas con noticias falsas sin responsabilidad alguna para el emisor. Marta es protagonista de la charla TED “Por qué me vigilan si no soy nadie” que superó las 2 millones de reproducciones.
Después de la charla que dio en 2015, Marta salió a caminar por las calles del barrio madrileño donde vive, y se dio cuenta de inmediato que su exposición no había pasado inadvertida. Vecinos aceleraron el paso, se pararon frente a ella y, antes de saludarla, la interrogaron entre gestos ampulosos y un firme tono de preocupación, “¿qué hago con esto?”; señalaban su teléfono móvil y levantaban las cejas con notable destreza.
Marta Peirano, escritora y periodista especializada en privacidad y seguridad en internet protagonizó una charla TED denominada “Por qué me vigilan si no soy nadie” que superó hoy 2 millones de reproducciones. La preocupación de quienes habían visto la presentación se fundó en la claridad con la que Marta había explicado la forma en que nos vigilan a través de nuestros teléfonos celulares y la necesidad de tratarlo con seriedad. Se refirió al valor de proteger nuestro anonimato en la red. “Me cayó mucha responsabilidad”, sintetiza cuando recuerda el impacto que tuvo su exposición en la plataforma.
Marta comenzó a hacer periodismo cuando internet se encendió en España, así que había una extensa superficie para explorar. El escenario se complejizó en los últimos años y la particular combinación entre la adicción que provocan las redes sociales, aplicaciones, y el desarrollo de una efectiva capacidad para manipular la elección de los usuarios plantea un panorama preocupante.
“La adicción no es un objetivo de las plataformas digitales, sino una consecuencia del modelo de negocios, que es extractivo. Generan modelos adictivos para que los usuarios entreguen la mayor cantidad de datos posible y para eso, quieren que estés toqueteando el teclado todo el tiempo”, explica la autora de Pequeño libro rojo del activista en la red. Marta aclara que el diseño de las aplicaciones de los teléfonos celulares que usamos está vinculado al tipo de las máquinas tragamonedas. “Y están diseñados por unos genios muy bien pagados que viven en grandes mansiones”, advierte con énfasis.
La periodista española considera que se distingue un cambio en la sociedad –escándalos de por medio-, y la gente es más consciente del comportamiento, por ejemplo, de Facebook. Sabe que te espía y usa tus datos. Aunque Marta se detiene para profundizar en esa relación y hace una atinada comparación. Es, para ella, como cuando supimos en la década del 80 que fumar provocaba cáncer. “Decíamos que le daba cáncer al otro, no a nosotros. La gente no quiere dejar de usar las redes sociales porque están enganchados, porque usan aplicaciones diseñadas para ser adictivas, como el crack”.
Uno de los desafíos que la periodista considera más complejo es WhatsApp, que se convirtió –según define- en un medio de manipulación de masas, cifrado. Es un medio de masas protegido por el secreto de las comunicaciones por lo que, por ejemplo, se pueden generar campañas con noticias falsas, sin responsabilidad alguna para el autor. “Primero, porque nadie se entera y como son canales cifrados, se entiende que hay un privilegio de intimidad entre la persona que envía el mensaje y quién lo recibe”, explica y continúa: “Es irónico; durante los últimos cinco años obligamos a las plataformas a que cifren las comunicaciones y ahora se transforma en el arma de la desinformación”.
Para Marta, esta pulseada es muy difícil de ganar porque no hay forma que la legislación desate este nudo, “salvo que las plataformas decidan asumir la responsabilidad, cosa que no van a hacer porque, a diferencia de los periódicos, no tienen sanción penal o civil por el contenido que circula en sus redes”.
Foto: diario.es