Hoy es frecuente encontrar gente que decide cambiar de trabajo por un aspecto distinto al dinero. Puede ser por sus compañeros, por la actividad o los desafíos. Existe una tendencia a esperar que los espacios laborales generen bienestar, emociones positivas y sean agradables. Y que, además, estimulen la colaboración entre las personas.
Gabriela González Alemán es neurocientífica y agrega que los espacios de trabajo se perciben hoy como un lugar para dar y recibir ayuda en una red en la que todos crecen. “Esta forma de vivir los obstáculos es algo que se viene imponiendo y mejora la productividad”, destacó y agregó que existen estudios que indican que ese incremento es de entre el 12 y el 30%.
Gabriela es directora del Departamento de Psicología de la Universidad Católica Argentina y creador de Brainpoints.
Las empresas empiezan a incorporar la idea de la felicidad para lograr una mejor productividad. “Existe una clara tendencia y es una necesidad”, asegura y continúa: las nuevas generaciones hay que enamorarlas para que se queden. “Cuando era joven, era impensado renunciar a un trabajo para irse de viaje. Esto ahora es frecuente; de hecho, la rotación laboral es algo bien visto”. Por eso es importante para cualquier empresa tener formas agradables y positivas para conseguir que una persona se quede.
Trabajar por objetivos, por ejemplo, es una forma de generar mayor tiempo libre y brinda confianza al trabajador sobre cómo cada persona gestiona su trabajo. Para Gabriela debe existir un equilibrio entre la vida persona y laboral. “Ya no se acepta a la persona consumida por el trabajo. Ahora no está bien visto. La felicidad en el trabajo incrementa la productividad y genera, además, contextos saludables para desarrollarnos”, señaló.
Gabriela es una de las fundadoras de Brainpoints, una iniciativa que surgió en 2017 cuando se preguntó qué se podía hacer con la brecha de oportunidades que existe hoy en los jóvenes. Entonces desarrolló un método basado en los hábitos que las personas pueden ejercitar. “Los entrena en una dirección de bienestar y felicidad. Activa las neuronas para la resolución de problemas y una mayor productividad”, explicó. Hoy se dedican a trabajar el método en chicos y chicas en situación de vulnerabilidad, además de la tarea en empresas para que generen ámbitos que promuevan la felicidad.
¿Qué pueden hacer los gobiernos en el terreno de la felicidad? Para Gabriela existe una relación entre este punto y la sustentabilidad. Mencionó un estudio que se realizó en Londres que mostró que la gente reportaba mayores niveles de felicidad cuando se acercaba a espacios verdes o azules. Por este trabajo, la ciudad estableció el objetivo de lograr en un tiempo determinado que los ciudadanos tengan un acceso directo a espacios naturales. Que sea accesible. “Son decisiones políticas y se hacen en base a sondeos que deben ser permanentes”, definió.
Una pregunta instantánea y frecuente frente a alguien que estudia el tema de la felicidad es si el dinero influye. Gabriela mencionó los que estudios avalan que el dinero te ayuda a llegar a cubrir necesidades básicas y eso te aporta felicidad. Pero cuando ya cumplió con ese objetivo, “no es el dinero lo que te da felicidad. Son los vínculos afectivos, familiares, de amigos, del encuentro con otras personas. Por eso la gente dice que es feliz por vínculos sólidos”.