Hoy vive en Austin, Texas. Después de un dramático episodio personal se encontró con la oportunidad de intervenir en la vida de personas que viven en la calle. Creó la organización One Dollar Dreams y está cerca de estrenar el documental “Invisibles”. «Después de 20 años en la publicidad, nunca sentí tanto orgullo como con este documental», aseguró. Las consecuencias de su impactante charla TEDxRosario, “Zapatos Nuevos”.
Y un día, personas que deambulaban silenciosos por las calles cargadas de prejuicios, sin rostro, ni voz y mucho menos sin poder abrazar sus sueños, tuvieron un lugar para hacerlo. Hugo “Pachi” Tamer, después de lucirse en el mundo de la publicidad durante 20 años, tomó la decisión de usar su creatividad para ayudar a personas en situación de calle de todo el mundo. Primero se sentó en el cordón de la vereda y extendió su mano. Creó One Dollar Dreams, una organización sin fines de lucro con la particular tarea de cumplir sueños a través de redes solidarias.
“Dormía en el sofá de la casa de un amigo”, describió Pachi sobre la decoración de tiempos duros que debió afrontar hace diez años; contó que en ese particular momento de desolación sucedió un episodio relevante en su vida. Se encontró con una persona de la calle, pidió sacarle una foto y le dio un dólar. Este oportuno desconocido le confesó detalles de su vida y Pachi sintió que sus problemas se empequeñecían a toda velocidad. “Me sirvió para valorar lo que tenía. Yo tenía salud, mi hija también y un sofá para dormir, que no es poco”, reflexionó en la charla TEDxRosario que tiene ya cerca de 500.000 reproducciones
Pachi, que ya vivía en Austin, Texas, recibió en 2010 el llamado de su hermano con noticias desgarradoras. Le dijo que sus padres habían tenido un accidente de tránsito muy grave cerca de Rafaela, en la provincia de Santa Fe. Se subió a un avión y llegó al lugar con una inmensa angustia. Se encontró con su padre en coma y su madre con los huesos quebrados. Al poco tiempo, al doloroso cuadro se añadió un divorcio y la desgarradora salida de su casa. Su hija, Elena, tenía 1 año y medio. El encuentro con el hombre que le desnudó sus problemas sentado en la vereda le permitió tomar perspectiva y dibujó un camino. A partir de ese momento, decidió retratar personas en situación de calle, contar sus historias y publicarlas en su cuenta de Instagram. Ellos, reconoce, se convirtieron en la familia que se había desvanecido de su cuadro.
El creador de One Dollar Dreams reconoce que la oportunidad de descubrir las sufridas historias de personas que viven en la calle le sirvió para transformar lo malo que estaba viviendo en algo positivo. Su objetivo es transmitir el mensaje de todos ellos y colaborar con exponer una identidad. “Es gente que pasa desapercibida”, describe. Decidió, además, ser un eslabón para que puedan cumplir sus sueños a través del involucramiento de otros eslabones comprometidos en el camino. Por ejemplo, en el inicio de la experiencia consiguió trabajo para uno de ellos en Austin, también colaboró para que un joven comenzara la recuperación de sus adicciones a las drogas.
Después de la charla que brindó en TEDxRosario (2013) se abrieron puertas. Brinda charlas en distintos países; en Chile, por ejemplo, contó su proyecto en un estadio con 50.000 personas. Además, la fundación BMW se interesó en su trabajo y contribuyó para que el documental que está realizando sobre la gente de la calle, “Invisible”, se presente en Nueva York. Hace tres años Pachi renunció a la agencia de publicidad en dónde trabajaba para abocarse a la filmación del documental. Cuenta que pasó de ganar 100.000 dólares al año a nada, además de destinar todos sus ahorros al proyecto. Por eso, hoy maneja para Uber. “No todo es color de rosa”, aclara, aunque “como en todas las cosas en dónde pones el corazón, cuando rinde sus frutos, reconforta mucho más”.
Falta muy poco para que el documental esté terminado. Y Pachi está orgulloso, más allá del sinuoso recorrido que significó su desarrollo. “En estos 20 años trabajé en publicidad e hice tantas piezas de comunicación, pero nunca sentí el orgullo que tengo por este documental. Le puedo dejar a mi hija Elena. Y es un verdadero legado. Los avisos de publicidad nunca los va a ver”.
Varios años antes de este momento, cuando Pachi era un apasionado estudiante de la carrera de publicidad, lo convocaron a realizar un ejercicio que consistía en salir a la calle y cambiar algo para evaluar cómo reaccionaba la gente. Entonces, eligió vestirse como una persona en situación de calle y cuando los autos paraban frente al semáforo, en lugar de pedir dinero, se acercaba y les daba un peso. Comprobó los nítidos prejuicios que brotan de la gente que subía rápido la ventana, “miraban hacia adelante, pretendiendo que no había nadie cerca”. Con este ejercicio, Pachi consiguió su primer trabajo en la agencia Agulla y Bacchetti.
Los impactantes giros en su vida lo cambiaron. El talentoso publicista reconoce que antes gastaba dinero en cosas que quizá no necesitaba, y que ahora vive de una forma más simple, consume menos y lleva su vida de una forma más responsable con la comunidad. “No me arrepiento de nada. Todo fue un paso necesario para llegar a dónde estoy”.