Malena Ramos Mejía debió atravesar un camino muy duro en un momento de su vida, plagado de medicamentos, miedos y mucho dolor. El cambio en su alimentación fue la llave para escapar de esa pesadilla. Por eso, tomó la decisión de compartir su experiencia al mundo para que sea una receta de sanación.
Malena es licenciada en nutrición y autora del libro Alquimia de Cuerpo y Alma: Alimentación, inspiraciones y recetas para sanar. La historia comenzó a escribirse en mayo 2016 cuando estaba embarazada de 37.5 semanas de su segunda hija, Violeta.
“Venía con muchas contracciones y en la sala de partos, los médicos me informaron que Viole no tenía latidos. Hicieron estudios para ver qué había pasado y no encontraron nada”, contó en Pausa, el programa que conduce Vivian “Lulú” Mathis.
A los tres meses de la dura pérdida, en pleno invierno, Malena sintió que se dormían sus dedos. La piel tenía un tono grisáceo, desde la punta de los dedos hasta los nudillos. “Creí que me estaba muriendo. Antes se me dormían los brazos, pero los médicos lo adjudicaban al embarazo. Después siguió, me quedaba dura”, describió.
Una de sus hermanas, que es médica le dijo que padecía el fenómeno de Reynaud. Lo explicó así: el sistema inmunitario detecta que tenés frío, “y entonces ante la amenaza de muerte, prefiere cortar las extremidades”.
Malena fue internada y se comenzaron los estudios. Cada día se sentía peor. No tenía fuerzas y su cuerpo se estaba endureciendo. Sentía que sus músculos se acortaban. En octubre recibió el diagnóstico: sufría dos enfermedades autoinmunes (el sistema inmunológico ataca las células sanas), esclerodermia sistémica difusa y polimiositis.
En el sanatorio un médico se acercó con gestos que evidenciaban su preocupación. Antes de que dijera algo, ella lo miró fijo y le dijo convencida que no se preocupe, “me voy a curar”. “Esto no tiene cura, te va a acompañar toda la vida”, le respondió.
Malena venía enfocada hace años en un trabajo espiritual. Dedicaba horas a la meditación, buscaba co-crear lo que necesitaba escuchar para sanarse. En ese momento sintió que solo con la medicina convencional no iba a alcanzar. “Y decidí convertirme en alquimista. Ya era nutricionista y me puse a estudiar más, y a profundizar mi costado espiritual”.
Para ella, existe una reacción del cuerpo cuando “te separas del alma, de lo que viniste a ser y a hacer”. Cambió muchos hábitos y dedicó el tiempo a nutrirse sobre la alimentación natural y consciente.
“La clave es sanar nuestro intestino. Pasaba días sin ir al baño. Tenía un sistema inmunitario débil. Lo primero fue sacar lo que me hace mal, lo que me lastima. En ese momento me sentía cada vez peor, y la enfermedad avanzaba. Y yo seguía tomando remedios”, contó.
Dejó el gluten, lácteos, azúcar refinada, maíz, soja, conservantes, aditivos, procesados. Comenzó a convivir con la alimentación natural. Los primeros pasos fueron difíciles, sentía que le faltaba algo dulce. Entonces, por ejemplo, reemplazaba la visita al kiosco por banana con miel.
“De a poco me sentía con más energía. En mayo de 2017 los valores de los estudios ya dieron bien”, recordó, aunque los médicos le aclararon que no podía cortar con los medicamentos.
Los síntomas empezaron a retroceder y en octubre del año siguiente, le dijeron que ya podía dejar la medicación. Esa que le habían asegurado iba a tener que tomar de por vida.
Malena sintió que su historia se debía difundir. Su familia y amigos -que estaban absolutamente asombrados- le pidieron que lo cuente. Ellos sabían lo mal que había estado.
Su hermana es influencer y la ayudó. Abrió la cuenta de Instagram The_Food_Alchimist para compartir todo lo que aprendió en la experiencia más intensa de su vida. “Así surgió la idea de alquimista, de transformar plomo en oro”, señaló.
Male está convencida de que todos merecemos una mejor calidad de vida, por eso es tan importante mejorar los hábitos en la alimentación. “Cuando una planta tiene un sistema inmunitario débil, es atacada por las hormigas. Pasa lo mismo con los humanos. ¿Qué es estar sana? Para mí, es estar en equilibrio cuerpo, alma y mente”.
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