La mañana del domingo 16 de junio de 2019 fue muy particular. Ese día se vivió un apagón histórico que dejó sin energía eléctrica a todo el país. “Sin Luz” fue tendencia en las redes sociales, le ganó a la referencia por el Día del Padre.
El desfile homogéneo de títulos que reflejaban el episodio inaudito en los medios se interrumpió con la información de una localidad que sí tenía luz. Era Ticino, en Córdoba, que lo había resuelto con cáscaras del maní.
Pablo Margiaria es secretario de Gestión y Comunicación de Ticino dijo que la original idea nació de un problema. O de varios. Explicó que la localidad está al final de una antigua línea eléctrica y esto generaba muchos microcortes en el servicio. “Provocaba un problema en la producción”, apuntó.
Además, el residuo del maní es un complejo problema ambiental porque con altos niveles de humedad genera una autocombustión. Y el humo se esparcía implacable por toda la ciudad.
La producción de maní en la región es muy importante, se procesa más del 80% de todo el maní que se produce en todo el país. Se estima que por año se desechan 45.000 toneladas de cáscara de maní que hoy son utilizadas para la generación eléctrica.
Generación Ticino Biomasa (GTB) es la central de generación eléctrica y su capacidad de generación es de 4,63 MW y proyecta una autogestión con potencia neta de 4 MW. La construcción de la planta comenzó en enero de 2017 y finalizó en abril del siguiente año. El 12 de octubre de 2018 abrió sus puertas como una de las primeras centrales de generación de energía renovable del país.
“Donde se instala una industria manisera, cambia la realidad económica, cultural y hasta geográfica de la localidad porque es un proceso que requiere mucha mano de obra”, explicó Pablo y destacó que esta actividad económica ocupa a 600 trabajadores en una población de 3000 habitantes.
Comentó ademas que en Argentina tenemos uno de los mejores maníes del mundo por la riqueza natural de la tierra. Eso permite exportar a los mercados internacionales más importante. Y tiene una particularidad destacable: altos niveles de aceite. Esto hace que tenga un tiempo de ‘vencimiento’ más prolongado.
Volviendo a la generación de energía eléctrica, una pieza importante en este cuadro fue el programa RenovAr de Nación porque promovía la generación de energías renovables para sumarlas a la oferta eléctrica del país. “Eso nos permitió vender la energía que generamos con la cáscara de maní al Estado Nacional. Y además, podemos funcionar en isla. Esto significa que cuando se corta la luz, se cortan las salidas a otras localidades y comienza a abastecer solo el consumo de Ticino”, explicó.
En síntesis, esta industria genera y entrega energía al sistema a través de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima y se consume por cercanía. Cuando Ticino sufre un corte de energía, en 10 o 15 minutos se recupera.
La producción manisera a cargo de Lorenzati, Ruestch y Cía está separada por una calle de la empresa que genera la energía con el residuo.
Primero se separa la cáscara del maní y se traslada el descarte a través de tubos de ventilación hacia la celda de almacenamiento para la generación de energía eléctrica.
Martín explicó que en la caldera la combustión se genera a través de calor seco de alta presión que hace mover una turbina que gira a 6.500 revoluciones por minuto y luego reduce su velocidad a 1.500 y está conectada a un generado.
Esta actividad, además de brindar una original solución a la comunidad, generó 30 puestos nuestro de trabajo. “La empresa tiene niveles altos de control por vincularse con el mercado internacional. Es importante porque está comprobado que desarrollar esta energía reduce la huella de carbono”, señaló.